jueves, 6 de marzo de 2008

PANORAMICA ACTUAL DE LA OBRA DE CARL GUSTAV JUNG


RAFAEL MONZÓ GIMÉNEZ





ACADEMIA MUNDIAL DE CIENCIAS, TECNOLOGÍAEDUCACIÓN Y HUMANIDADES


CURSO ACADÉMICO 2007- 2008


AULA DE CULTURA DE LA CAM

VALENCIA - 6 DE MARZO DE 2008





INTRODUCCION

Quiero comenzar esta conferencia, haciendo una mención especial a la Dra. Marie-Louise von Franz, porque acabamos de celebrar el décimo aniversario de su muerte. Ella permaneció junto a Jung durante treinta años y fue su discípula, amiga y colaboradora más querida, y asumió el compromiso de continuar con sus enseñanzas y sus métodos, así como con sus investigaciones y proyectos. Por lo que sin lugar a dudas ella ocupa un lugar preferente en esta panorámica actual de la obra de Jung.




Marie-Louise von Franz tiene publicados numerosos trabajos, entre los que son muy conocidos sus estudios de interpretación de cuentos populares y textos de alquimia, en los que se traslucen los símbolos y arquetipos de nuestro inconsciente colectivo pero sobretodo destacan sus complejas investigaciones sobre las relaciones entre la psique y la materia, y sobre el fenómeno de la sincronicidad. Ella también realizo una interpretación psicológica del libro de alquimia “Aurora Consurgens” atribuido a Santo Tomás de Aquino y que sería el volumen complementario a de la obra magna de Jung “Mysterium Coniunctionis”, donde él trato del problema de la unión de los opuestos en la alquimia.





Fue gracias a sus más estimados colaboradores, el Dr. Dieter Baumann, nieto de C.G.Jung y el Dr. José Zavala, los dos médicos psiquiatras, que se pudo formar en Valencia en el año 1981, la Asociación de Picologia Analítica, y desde entonces se han venido realizando aquí encuentros internacionales a los que han acudido relevantes personalidades de este campo. También tuvimos el privilegio de que nos cediera, para una publicación que realizamos en 1991, la última conferencia pública que ella dictó y que llevaba por titulo: “La Rehabilitación de la Función del Sentimiento por C.G.Jung en nuestra civilización contemporánea”.





Marie-Louise von Franz decía al respecto de Jung, “que sus ideas estaban tan adelantadas a la época, que solo poco a poco, las gentes podrían ir captando tan trascendentes descubrimientos”, y es debido al doble aspecto que entraña esta disciplina, por un lado como “ciencia objetiva” y por otro como “vivencia subjetiva”, lo que dificulta la comprensión de sus ideas, y la difusión generalizada de su obra, a un que su influencia con el paso del tiempo, no ha dejado ya de producirse en numerosos campos del conocimiento, y ha sido denominada por algunos como “la Psicología del S.XXI”



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He elegido para comenzar, este grabado del s. XVII que lleva por titulo “El Peregrino” porque refleja muy bien esta dimensión del mundo de la psique en el que nos vamos a adentrar.

Para nosotros el inconsciente no es solo un concepto intelectual sino que cuando miramos hacia esa dimensión desconocida, nos sentimos tan pequeños, ante ese gran “misterio viviente” y ese universo inabarcable, como les pasa a los Físicos cuando miran el microcosmos a través de los átomos, o a los Astrofísicos cuando miran hacia los confines del Universo.

Así pues mirando desde esta perspectiva tan amplia, voy a intentar mostrarles una panorámica actual sobre la obra de Jung, en la que destacan tres aspectos, a los que quisiera referirme aquí durante esta tarde.

El primero es la importancia que ellos dieron a las vivencias del mundo interior. Estas experiencias subjetivas que fueron reconocidas a lo largo de la historia en todas las épocas y culturas, y se expresaron a través de los mitos, las religiones, el arte, etc, fue a lo que Jung llamó “la realidad del alma” o “la realidad objetiva de la psique”, pero para podernos relacionar adecuadamente con esa dimensión interior transpersonal, necesitamos también de la función psíquica del sentimiento, que es complementaria de la función del pensamiento, porque es la que nos pone en relación con las vivencias.

En segundo lugar, veremos la relación entre la Psicología del Profundo y la Física moderna, pues estas dos disciplinas se dirigen hacia un mismo punto de encuentro, que es el problema de la unión entre la Psique y la Materia. Este es un capitulo muy complejo y poco conocido, y que hasta la fecha, la historia de la psicología ha pasado todavía por alto. En relación con estas cuestiones Jung dos años antes de su muerte le pidió a la Dra. von Franz que se hiciera cargo de unas investigaciones que él había comenzado sobre la dimensión arquetípica de los números.

En tercer lugar, veremos la importancia que desde el punto de vista psicológico, concedieron Jung y la Dra. von Franz, a un fenómeno nuevo que era el emerger del Principio Femenino y del Eros en nuestra época actual, para que pueda ser alcanzada la totalidad y podamos poner en relación a los opuestos (como por ejemplo el consciente e inconsciente, la psique y la materia o la mente y el cuerpo), y así poder continuar en el proceso del desarrollo de nuestro consciente colectivo.

Y para terminar, quisiera referirme, a una visión que tuvo Jung pocos días antes de su muerte y que es un signo de esperanza para el futuro.

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Carl Gustav Jung, nació en Kesswill, Suiza en 1875 y fue hijo de un pastor protestante. Estudio medicina en Basilea y Psiquiatria en Zurich y residió en Küsnacht a orillas del lago, donde tuvo cinco hijos y numerosos nietos. Mantuvo una estrecha relación con Sigmund Freud entre los años 1907 y 1913, con él viajó a EEUU para dar conferencias, y crearon la Sociedad Psicoanalítica Internacional. Después tomaría un camino independiente en la exploración del mundo interior, y fundó el Club Psicologico de Zurich. Con sus investigaciones, realizó el descubrimiento del Inconsciente Colectivo, de los Arquetipos, y de la Sincronicidad, lo que contribuyó al desarrollo del conocimiento de un estrato más profundo en el inconsciente, y con ello amplió enormemente nuestra visión del mundo. Fue profesor en las universidades de Zurich y Basilea. Hizo durante su vida numerosos viajes por todo el mundo. Realizó profundos estudios sobre Filosofía, Mitología, Gnosis y Alquimia. Fue nombrado Dr. honoris causa por numerosas universidades y murió a los 86 en su residencia de Küsnacht el 6 de Julio de 1961.

Diez días antes de su muerte terminó su escrito para el libro que lleva por titulo “El Hombre y sus Símbolos”. Había comenzado a trabajar en él un año antes, después del éxito que había tenido una entrevista que le hizo la BBC para la TV. Entonces le sugirieron, que porque no escribía un libro divulgativo para lectores no especializados, donde explicara su contribución al conocimiento del ser humano, sus ideas y el papel que los símbolos desempeñaban en la vida. El quedó ante la duda, pero solo, tiempo después aceptaría esta propuesta, tras un sueño que tuvo “... en el que se encontraba sentado en una plaza publica, donde se dirigía a una multitud de gente que le escuchaba con atención, y le entendían lo que decía...”. Entonces fue cuando concibió este libro que realizo con la ayuda de la Dra. von Franz y otros colaboradores. En su escrito, él subrayaba que el ser humano podrá alcanzar una mayor madurez y plenitud, lo que él denominó el proceso de individuación, si se conocía y se aceptaba el inconsciente, y que ese conocimiento se adquiría mediante el análisis de los sueños y sus símbolos, porque todo sueño es un mensaje directo, personal y significativo, que utiliza los símbolos comunes a toda la humanidad de una forma totalmente individualizada. 




Así el objeto de esta psicología, es explorar la parte desconocida de la psique humana, para lo cual Jung descubrió tres herramientas: los Sueños, la Imaginación Activa, y el primero de todos ellos que fue, el “Test de Asociacion de Palabras”, con el que Jung descubrió lo que llamó “los complejos psíquicos” (...la técnica era muy sencilla, él leía una lista de palabras y la persona tenia que ir respondiendo a cada una de ellas con otra, y mientras iba anotando las respuestas y las reacciones...). Así él detectó “unos complejos autónomos acentuados de emoción”, y creó su “Teoría de los Complejos”. Uso la palabra “complejo”, no en el sentido negativo como habitualmente se usa, sino que los llamó “complejos” por lo complicadas que eran estas estructuras psíquicas. Luego se realizaron mediciones fisiológicas más completas de esas “reacciones emocionales” ( como la frecuencia cardíaca y respiratoria, la sudoración de la piel...), que se producían ante las palabras estimulo, y esto es lo que más tarde dio lugar a la creación del famoso detector de mentiras, que muestra donde hay una zona emocionalmente sensible y también a una tecnología que usa hoy una religión moderna que se llama Cienciología.

Jung ya había adquirido notoriedad y reconocimiento científico por su teoría de los complejos cuando de manera casual, conoció el libro de Freud sobre “La interpretación de los Sueños”, y vio que sus ideas estaban en relación con sus propios descubrimientos. Durante un tiempo fueron colaboradores, incluso Freud, tomó de él su concepto de “complejo”, y lo situó en el centro de su teoría sexual, como “El Complejo de Edipo”, pero Jung, que tenía una profunda formación filosófica, de la que carecía Freud, veía un horizonte más amplio, y considerando que esa teoría no explicaba todas las neurosis, tomó un camino independiente en la exploración del inconsciente.

En esa época Jung, tuvo que atravesar una crisis personal muy difícil, que se prolongó durante cuatro años. En una de sus cartas explicó estas vivencias, diciendo que “la peregrinación” que realizó entonces a “su mundo interior”, fue como descender por una escalera de más de mil peldaños hasta tocar con su mano el trocito de tierra que él era.

También más tarde en sus memorias, contó refiriéndose a esa época, que había llegado al mismo punto que Nietzsche y Hoderlein, a los que él había estudiado en profundidad, pero que él no se volvió loco como ellos, porque dejo venir las emociones conscientemente, hasta que pudo ver las imágenes simbólicas que había tras ellas, y que le dieron un nuevo sentido a su vida y a su obra. Esta confrontación con las emociones y los contenidos del inconsciente, fue lo que él luego desarrolló y llamó, la Imaginación Activa, porque descubrió que el inconsciente tenía la capacidad de crear símbolos, y que estos tenían la cualidad de poner en relación y de unir el mundo interior y el mundo exterior. Marie-Louise von Franz decía que los símbolos unían la ciencia y el misterio.

Cuando él tenía 81 años, escribió sus memorias y se publicaron con el titulo de “Recuerdos, Sueños y Pensamientos”. En este escrito dejó intencionadamente a un lado los acontecimientos del mundo, y de su propia vida extrovertida, pero recogió con sumo cuidado sus propias experiencias interiores, que fueron como él decía “el magma en fusión” con el cual se forjó su obra. El quiso que estas memorias no se publicaran hasta después de su muerte, y para que quedara bien diferenciado su mundo subjetivo de su trabajo científico, no quiso que estas memorias fueran incluidas en sus “Obras Completas” que en 20 volúmenes, reúnen los 170 trabajos que escribió a lo largo de su vida. No ha sido hasta la actualidad, después de 40 años tras su muerte, que por fin se inicio la publicación de una edición en lengua española. 



Así vemos la importancia que para él tuvieron las vivencias subjetivas, y como este trabajo pionero y heroico que realizó Jung con sus investigaciones en esa zona desconocida llamada lo inconsciente, no fue solo un trabajo puramente intelectual, sino que él había incluido también la realización de “una vivencia personal”, por eso decía que no se trataba de tener una concepción intelectual del inconsciente si no de encontrar la senda hacia la vivencia interior, y que esta vivencia pueda ser transformada en algo concreto en la vida real.

Marie-Louise von Franz decía que Jung a diferencia de Freud, no nos había dado una técnica, sino que nos dio el valor para entrar a lo desconocido y que esta psicología había trascendido la práctica clínica y el plano puramente científico y se podía decir que se había vuelto una filosofía practica de vida.

Para Freud el inconsciente no era más que un fenómeno secundario a la conciencia, era por así decir como si fuera un desván, en donde se acumulaban los contenidos reprimidos, pero para Jung en la profundidad, el inconsciente era una tierra fértil, una matriz viviente, donde se encontraba el Inconsciente Colectivo con sus Arquetipos, que estaba en relación con el cuerpo y que contenía la sabiduría absoluta. De allí provenían tanto el consciente, como todas las manifestaciones autónomas de la psique: las fantasías, los sueños, las visiones, etc.

En el campo de la conciencia, que es el que explora al inconsciente, Jung observó que entre las personas, se podían diferenciar ocho tipos psicológicos distintos, que eran el resultado de combinar las dos actitudes básicas, la Extroversión y la Introversión, con una de las cuatro funciones que tiene la conciencia: el Pensar, el Sentir, el Intuir y el Percibir, según cual de ellas fuera la dominante en cada caso. Por ejemplo cuando un pensante ve un objeto dice lo que es, pero otro que sea sentimiento dice si le gusta o no, y un perceptivo se fijará en sus detalles o un intuitivo percibirá sus posibilidades, de esta manera existirían ocho formas diferentes de relacionarse con la realidad.





Pero de esas cuatro funciones del consciente, es la función del sentimiento la única herramienta de que disponemos para “medir y orientarnos” en ese campo de la psique, porque es la función de los valores, y por lo tanto nos puede decir, si una cosa es buena o mala para uno, si nos gusta o nos disgusta, o si tiene sentido o no para uno, y de esta manera nos permite relacionarnos con las vivencias psíquicas y desarrollar una actitud ética hacia esa dimensión transpersonal, al igual que el sentimiento religioso o el afecto hacia alguien o a algo nos unen a ellos.

Será también a través de esta función del sentimiento que podremos reconocer los fenómenos de la sincronicidad, que nos ponen en relación con el problema de la unión entre la psique y la materia, pero antes de abordar esta cuestión vamos a ver unos esquemas de la psique tal como fue concebida por Jung.





En esta imagen vemos que la psique se puede comparar a una esfera, con una zona brillante en su superficie que representa a la conciencia, y en la que el Yo esta ocupando su centro, y en el centro de la esfera esta el arquetipo central - el Si-mismo – que es el encargado de regular los procesos psíquicos y entre ellos el de la producción de sueños.



 Estamos aún muy lejos de entender el inconsciente y los arquetipos, que conforman ese estrato tan profundo, y que son como núcleos dinámicos de energía psiquica que actúan en el individuo de forma creativa o destructiva. Por eso es muy importante destacar que sus ideas forman un “sistema abierto” que no cierra las puertas a nuevos descubrimientos, y sus conceptos son solo herramientas para ayudar a explorar esa zona desconocida y misteriosa.

Al igual que Jung tuvo que imaginar y crear un modelo teórico de la psique, los físicos también imaginaron y crearon un modelo para el mundo subatómico de la materia, y estos dos modelos resultaron ser asombrosamente análogos, porque usaban conceptos similares, como por ejemplo la polaridad o complementariedad, ( consciente / inconsciente, onda / particula, Energía / Tiempo o materia / antimateria), también la probabilidad o la relatividad del tiempo y el espacio, o el concepto de la unidad de todas las cosas, así como que todo permanece interconectado a todo.




De esta manera entre disciplinas aparentemente tan dispares, surgieron paralelos desde los que se vislumbraba una continuidad entre el mundo de la psique y el mundo de la materia donde la energía psíquica y la energía física parecían diferentes aspectos de una misma realidad.

Albert Einstein visitaría a Jung en varias ocasiones y hablaron sobre la cuestión de la relatividad del tiempo y el espacio, y con ello de la importante consecuencia por la cual la ley de la causalidad, es decir la sucesión de causa-efecto, en la que se basaba nuestra visión del mundo racional y unilateral, también se veía relativizada o abolida.

Más tarde el año 1932 el físico Wolfganfg Pauli, uno de los padres de la Física Quántica, acudió a su consulta por problemas personales y comenzaría así una relación entre ellos que duró casi 30 años. Pauli que también se mantuvo en relación con Marie-Louise von Franz, tenia la opinión de que a partir de la teoría de la relatividad, se iniciaba un largo camino a desarrollar, del cual ellos solo estaban viviendo los comienzos, y que conduciría a una intima fusión de la psicología con los fenómenos del mundo físico material. 



Jung comenzó a escribir, por sugerencia de Pauli, sus observaciones entorno al fenómeno de la Sincronicidad, que es una manifestación en el tiempo, de una coincidencia significativa entre dos sucesos, uno de índole material y otro psíquico, lo que vulgarmente conocemos por casualidades, o milagros, pero en los que él había observado, que en determinadas ocasiones parecían tener un sentido y que aparecían cuando había un arquetipo constelizado en el inconsciente

Es muy conocido el caso que discutió Jung con Pauli de una de sus pacientes, que estaba estancada en su análisis psicológico debido a su rigidez intelectual, y que un día acudió muy impresionada, por un sueño que había tenido, en el cual aparecía un escarabajo dorado. Jung sabía que este era un símbolo de renacimiento en el Egipto antiguo, cuando de pronto, sorprendentemente entró por la ventana un escarabajo verde-dorado, y que era una cosa excepcional porque en aquel lugar no eran frecuentes. Jung lo tomo en sus manos y se lo entregó a ella, que quedó impactada por esa experiencia, pero después de aquél suceso, poco a poco esta paciente se fue volviendo más flexible, menos racionalista y pudo seguir avanzando en su proceso.

También es muy conocido otro relato que le contó a Jung su amigo jesuita R. Wilhelm, que estuvo en china durante muchos años donde tradujo el libro del I Ching, que contiene la esencia de la visión china del mundo, acerca de cómo el hombre y la naturaleza forman un todo. Estando él en un lugar donde había una gran sequía, supieron de un hombre que vivía en tierras lejanas y le llamaban el hacedor de la lluvia,
decidieron llamarle, él acepto la invitación y cuando estuvo ya cerca del pueblo pidió un lugar donde pudiera quedarse y permaneció en una cabaña durante tres días. Nadie supo lo que hacía, pero ante la sorpresa y la alegría de todos la mañana del cuarto día empezó a llover. Wilhelm fue a hablar con el anciano y le preguntó que como había hecho llover y él le respondió que él no lo sabía, entonces le pidió que le explicara que había sucedido, y le respondió que eso era muy sencillo. Él venia de un lugar donde todo estaba en armonía y también él, pero al llegar allí el perdió su Tao, por eso se retiró hasta recobrar su armonía interior y cuando eso sucedió también la naturaleza recobró el equilibrio, y de acuerdo con su patrón natural cayo la lluvia.

Pauli, recibiría el Premio Nóbel de física en 1945 por descubrir “El Principio de Exclusión”, que entre otras cosas expresaba que en el mundo subatómico, los electrones no obedecían a las leyes de la física tradicional. En esa dimensión subatomica, paradójicamente las partículas se mezclaban con las ondas y en ese campo reinan el azar y la probabilidad, donde además, según el observador se modifica el resultado de los experimentos.

Fueron las observaciones comunes en el campo de la psicología y de la física, las que llevaron a Jung y a Pauli a decir que habría también un ordenamiento “acausal” en la Naturaleza, de esta manera la concepción mecanicista y racionalista del mundo y del pensamiento científico tradicional, donde todo viene descrito en función de la tríada Espacio/Tiempo/Causalidad se vería así completada con un cuarto componente que sería el factor de la Sincronicidad o de la Acausalidad, y con ello se podría tener una visión más completa de la realidad.


En la China antigua los números estaban relacionados con esta idea de la sincronicidad, por eso Jung comenzó a realizar investigaciones sobre los números naturales, que luego le entregaría a la Dra von Franz, para que ella continuara los estudios que él había comenzado, por que los números son los arquetipos del orden y contienen un doble aspecto cuantitativo o material y cualitativo o psíquico, por lo que el “carácter numérico”, es inherente tanto a la estructura de la materia como también a la de la psique. Su trabajo tiene por titulo: “Número y Tiempo: Reflexiones psicológicas hacia un acercamiento de la Psicología del Profundo y la Física”

También hay trabajos de investigación desde el lado de la Física, como el canadiense David Peat, que publicó en 1988 su libro: “Sincronicidad: Puente entre la mente y la materia”. Este investigador ya había colaborado en el libro “Ciencia, Orden y Creatividad” de David Bhom, discípulo de Einstein y también premio Nóbel de física que desarrollo su teoría del campo unificado, y el concepto de “orden implicado”, que plantea la existencia de un orden oculto en nuestro universo, y que se expresa así mismo también en nuestras vidas individuales, era a esta realidad más allá de la psique y la materia donde se unían el mundo exterior y el mundo interior, a la que Jung ya había llamado el “Unus Mundus”.

Otro conocido intento de aproximación a los fenómenos psíquicos, fue el del físico Frijof Capra y su trabajo “El Tao de la Física” donde establecía un paralelo entre los conceptos de la física quántica con las filosofías orientales.

Tanto David Bohm como Frijof Capra junto con otros relevantes científicos de distintas disciplinas, asistieron en 1979 en Córdoba al Congreso “Ciencia y Conciencia”, para debatir sobre las hipótesis de la unidad psicofísica potencial del conjunto del Universo, donde José Zavala en representación de la Dra. von Franz, presento un trabajo sobre la sincronicidad, en relación al calendario antiguo Mexicano.

En los próximos meses en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) en Ginebra, donde se ha venido desarrollando desde 1954 el mayor acelerador de partículas, se harán colisionar nubes de protones para recrear las condiciones existentes en los orígenes del Universo, con lo que comenzará una nueva exploración del microcosmos, descubriendo nuevas partículas dentro de los quark, como el bosón de Higgs, que es conocido entre los físicos como “la partícula de Dios”, porque quizás permita conocer de que esta formada la materia oscura presente en el universo, y hasta quizás se pueda encontrar la confirmación de la existencia de otras dimensiones que la física teórica mas vanguardista, con la teoría de las cuerdas, se ha atrevido a imaginar. 




El sexteto Quark/Antiquark que hasta ahora es la más pequeña estructura conocida de la materia, también se ha representado como la imagen arquetípica, que esta formada por la intersección de dos triángulos que se complementan, y que se encuentran también en el conocido “Sello de Salomón”, que tradicionalmente a simbolizado una síntesis de opuestos y una expresión de la unidad cósmica, y que por ejemplo lo encontramos representado en la vidriera de la entrada de nuestra Catedral de Valencia. 




Durante el Renacimiento, para Paracelso y otros Humanistas, este símbolo del “Sello de Salomón”, sería la representación de la imagen de Dios. Marie-Louise von Franz señalaba que fue precisamente en aquella época, donde se abrió el conflicto, entre espiritualidad cristiana y materialismo científico, y los dos triángulos representaban estos dos opuestos, que expresan de modo muy eficaz, el conflicto de muchos científicos modernos, en la mente de los cuales espíritu y materia, ciencia y religión están todavía en lucha.




Jung ya había observado, que las estructuras cuaternarias y circulares, formadas por una unión de opuestos, se encontraban en la base de las representaciones de la totalidad, como la conocida representación del Tao, que esta formado por los dos aspectos complementarios del Ying y el Yang.




Estas estructuras, que en oriente recibieron el nombre de Mandalas, desde el punto de vista psicológico, representan una imagen de Dios, en la psique humana, porque se encuentran tanto en todos los individuos, como en todas las religiones, y las culturas. Por eso fueron consideradas por Jung, la imagen del arquetipo central y regulador de la psique, y lo denomino el Si-Mismo, que paradójicamente, al mismo tiempo que era el centro y la totalidad de nuestra psique, abrazaba también la unidad del universo.



Tanto desde el punto de vista terapéutico como desde el proceso de individuación, esta orientación psicológica es la menos intervensionista, porque en última instancia solo tratamos de escuchar “la voz interior” que surge de este arquetipo central, a través de los sueños, etc., para ver que es lo que quiere el inconsciente, respecto de un ser humano individual, es decir buscar el sentido de su sufrimiento y la orientación que propone la naturaleza, para poderse responsabilizar y adoptar una actitud ética. 



Los Físicos-matemáticos, actualmente también tienen una intuición similar sobre la relación, entre la cuaternidad y la totalidad y por ello están tras la búsqueda de una “súper simetría”, como la base para desarrollar una completa “Teoría del todo”, que abarcara a todas las partículas, junto con las cuatro Fuerzas del Universo conocidas (La Gravedad, la Electromagnética y las Fuerzas Nucleares Fuerte y Débil ) para de esta manera poderlas reducir a una única súper fuerza que permitiera explicarlo todo en una forma matemática.



Este problema de la totalidad conformada por cuatro elementos nos lleva al reconocimiento del fenómeno en nuestro tiempo, del emerger del principio femenino el cual desde el punto de vista simbólico esta relacionado con la materia, porque es el que faltaba en nuestra sociedad y nuestra cultura patriarcal, en la que predomina el pensamiento científico y racionalista, que se puede resumir en la famosa frase de Rene Descartes: “Pienso luego existo”, pero que por su unilateralidad al identificarse con el pensar deja de lado todo el valor del sentimiento, y de lo subjetivo, que están precisamente en relación con el principio femenino. 





Jung descubrió que en el inconsciente del hombre existía una contraparte femenina a la que llamo el Arquetipo del Anima, y en la mujer su contraparte masculina era el Animus. El Anima esta en relación con el cuerpo, con los sentimientos, los estados de ánimo, y cuando se ha desarrollado conscientemente, actúa en el hombre como guía en su mundo interior. Es conocido el ejemplo de “La Divina Comedia”, donde Beatriz conduce a Dante hasta lo más elevado.

Quisiera contarles el caso de un investigador, que fue un entusiasta de las ideas de Jung, y que incluso había publicado libros sobre él, y que poco tiempo antes de morir, en una conferencia que impartió, reconocía su fracaso en el intento que llevó a cavo, mediante unos experimentos que había estado realizando con fármacos y técnicas a lo largo de 50 años con la intención de penetrar conscientemente en las profundidades del mundo interior, en aquella ocasión contó algunos sueños personales, entre los cuales uno es especialmente esclarecedor, para entender cual había sido el motivo de su fracaso.

En su sueño, “...él caminaba por las afueras de una ciudad, junto a un bosque cuando de pronto... escuchó la voz de una mujer que desde una pequeña cabaña solitaria, le llamaba por su nombre. Aquello le llenó de miedo y le sobrecogió, despertándose con un gran sobresalto...”

Este sueño expresaba, que él había permanecido exclusivamente en un plano teórico, especulativo e intelectual, durante sus investigaciones racionales sobre el mundo interior, pero no supo entrar en él, a través de sus propias emociones y afectos, como Jung ya había señalado que era el camino para acceder a “la realidad objetiva de la psique”. Entonces desde el inconsciente de este investigador, compensatoriamente surgió la voz del Anima, de su contraparte femenina para él desconocida y marginada, que le aterrorizó. Ella representaba sus afectos, y emociones que permanecían inconscientes y que querían ser reconocidos para entrar en el campo de su conciencia.



Fue para Jung y para la Dra. von Franz una muy importante cuestión, este actual despertar de la conciencia al principio femenino, tanto en el nivel individual como en el colectivo, porque desde un punto de vista psicológico, no solo está en relación con la función del sentimiento y con el Anima, sino también con el principio del Eros, que es el que permite poner en relación y unir a los opuestos para alcanzar la totalidad.

Jung consideró que desde el punto de vista simbólico la proclamación por parte de la Iglesia Católica por el Papa Pio XII en 1950, del Dogma de la Ascensión del cuerpo de la Virgen Maria a los cielos y que tuvo lugar frente al asombro de todos los racionalistas, había significado el mayor acontecimiento después de la Reforma Protestante, porque incorporaba definitivamente el principio femenino al cielo trinitario y patriarcal cristiano, lo que en el futuro decía él, daría lugar a una profunda transformación que tendría enormes consecuencias y desencadenaría importantes cambios en nuestra sociedad.





Efectivamente hoy podemos ver la importancia que tuvieron las apariciones marianas en el siglo pasado, o la fuerza que ha adquirido el movimiento de liberación de la mujer, los avances en la igualdad de derechos y la no discriminación, así como el culto al cuerpo o la libertad sexual, y por otro lado, también se ha producido un progresivo despertar de la conciencia ecológica, hacia el respeto y la conservación de la Naturaleza y de nuestra Madre Tierra.

Aunque con la proclamación del Dogma, por fin simbólicamente lo femenino era situado al mismo nivel que el Dios masculino, Jung decía que aún faltaría por integrarse la dimensión emocional, instintiva y terrestre de la naturaleza, para llegar a humanizarse definitivamente, encarnándose en lo femenino de mujer y en la parte femenina del hombre.

Porque el cristianismo veneraba en la Virgen María, solamente el lado idealizado y luminoso de la Divinidad Femenina, pero despojada de su parte oscura, instintiva, emocional y corporal. Estos aspectos aparecen simbolizados en la serpiente que tiene la Virgen bajo sus pies y que desde un punto de vista psicológico también están en relación con el arquetipo de la sombra.





Pero este aspecto oscuro, como una expresión del culto que en la antigüedad recibieron las Diosas de la Naturaleza, también ha perdurado hasta nuestros días en el cristianismo, y ha estado vinculado a la devoción popular a las Vírgenes Negras, cuyo origen data del s.XII.





En cierta ocasión tras una serie de sincronicidades que tuvieron lugar aquí en Valencia, le conté a Marie-Louise von Franz, que en nuestra Comunidad existían una serie de motivos simbólicos que ilustraban este proceso arquetípico, de la conexión entre los dos aspectos opuestos del principio femenino, donde desde lo más primitivo, oscuro y terrenal, este principio era elevado hacia el mundo espiritual de la luz y la conciencia.

Entonces le hablé de nuestra Dama de Elche, que provenía de la cultura Ibera y de las religiones Mistéricas, basadas en los ciclos de la Naturaleza y la renovación de la vida, cuyas divinidades, durante la primavera, retornaban a la vida desde el inframundo, con un carácter espiritual vivificante, de tipo instintivo y emocional. Para algunos arqueólogos el busto de La Dama, representaba ese preciso momento, en que la divinidad se encontraba surgiendo de la tierra.





También le contaba a Marie-Louise von Franz, que por una sorprendente coincidencia en ese mismo lugar de Elche, se continuaba celebrando desde la edad media “El Misteri”, que era un drama litúrgico en el que se representaban, la muerte de la Virgen y su Ascensión al cielo.





Por otro lado, se veneraba en Castellón a la Virgen del Lledó, en cuya imagen se presentaba un singular sincretismo, en el que se unían de una manera muy excepcional, el aspecto primitivo de la Divinidad Femenina, con el aspecto cristiano de la Virgen Maria, pues esta imagen contenía en su interior, dentro de una hornacina, una pequeña escultura de piedra, de posible origen Neolítico, que representaba una figura femenina, aparecida en condiciones milagrosas en aquel lugar, y a la que se le daba culto desde 1366.





Entonces Marie-Louise von Franz, se alegró mucho de saber todo esto, y me contó, que la Dama de Elche, era un paralelo de la Virgen negra de Einsideln en Suiza, y que recientemente ella había tenido un sueño, que la había llenado de mucha alegría y de profunda satisfacción, en el sueño, “...Ella estaba trabajando en la lavandería del Monasterio Benedictino de Einsideln, y se decía entonces que Jung vendría, desde el cielo, a tomar en matrimonio a la Virgen Negra, y que ella sería uno de los cien elegidos que podrían participar en la boda...” 


Marie-Louise von Franz interpretó este sueño, como que el inconsciente preparaba realmente una ayuda para el mundo y una unión, sin duda no una unión “arriba” en el espíritu, sino una unión de lo Superior y lo Inferior, una unión del Espíritu con la Materia, del Logos y el Eros, y según ella lo nuevo, no sería opuesto al cristianismo sino “vertical” a él, y podría curar las heridas surgidas de una concepción de la vida unilateral y patriarcal.

También ella había dicho en una ocasión, que en el futuro, habrían de surgir símbolos individuales y colectivos de naturaleza integradora, que encarnaran una nueva actitud capaz de unificar a los opuestos y capaces de contener y expresar, las fuerzas creativas del inconsciente y que a su vez podrían contrarrestar las fuerzas destructivas, permitiendo así una posible victoria de la Humanidad y el Eros.

Como les dije al comienzo quiero referirme también a un acontecimiento que me parece muy significativo en este contexto, pues sucedió que Jung en el año 1961, pocos días antes de su muerte, tuvo una visión, que al considerar que era de relevante importancia, pidió que fuera llamada la Dra. von Franz, pero por diversas circunstancias no le fue posible acudir. Jung entonces, cogió un papel y en la parte central, trazo una línea vertical, y luego sobre la parte inferior de la hoja escribió: “...Los cincuenta últimos años de la Humanidad...”, y se lo entregó a su secretaria, para que se lo hicieran llegar a Marie-Louise von Franz.

De una manera sorprendente, se dio la coincidencia que después de que tuviera lugar la explosión de la bomba atómica, Jung ya había dicho que : “... en la actualidad el mundo pendía de un hilo delgado, que era la psique del hombre... porque el mundo podía ahora ser destruido por él”, por eso pensaba que solo el desarrollo de la conciencia del Ser Humano Individual, sería la única posibilidad de supervivencia para la Humanidad, y creía que cuantos más individuos hubiera capaces de aguantar en ellos mismos la tensión de los opuestos, menos posibilidades habrían de que en un futuro pudiera acontecer una tercera Guerra Mundial.

Para intentar captar la dimensión arquetípica de esta imagen, que el inconsciente le mostró a Jung a través de esa visión, vamos a ver algunas amplificaciones sobre este motivo simbólico de la línea o del eje vertical.

Por ejemplo el mismo Platón en el libro VI de “Republica”, recurrió a lo que el llamó “El Símil de la Línea”, para explicar el núcleo fundamental de su filosofía, que era la distinción entre dos niveles de realidad, “el mundo inteligible de las ideas”, que estaba situado en la parte superior y “el mundo sensible material”, en el polo inferior, y él luego ordenó su propia visión del mundo, sobre esta línea en distintos niveles, que estaban sometidos a una jerarquía en la cual situaba en el lugar más elevado “la idea suprema del Bien”.






La línea vertical también es un motivo, muy difundido en distintas culturas y representa “El Axis Mundi”, que es un eje virtual que une el cielo con la tierra, o bien el cielo, la tierra y el inframundo.

En el Génesis se encuentra el sueño de la escala de Jacob, que unía la tierra y la puerta del cielo, por la que bajaban y subían los ángeles y desde la que Yahveh le habló renovando la promesa que en su día le había hecho a Abraham. 




Otra imagen arquetípica muy conocida es la idea de un “Pilar Central” o de una “Columna” que sostiene el cielo y se encuentra en numerosas culturas, como en la Celtica o en los Vedas que hablan del “Pilar Cósmico”, y que esta situado en el Santuario Central.

En el “Caduceo” también aparecen enrolladas alrededor de un eje dos fuerzas complementarias que se equilibran y que están en relación con el motivo arquetípico de “la espiral”.





También en la columna salomónica encontramos integrados estos dos aspectos del eje y de la espiral.



En el Tantrismo, este motivo simbólico del eje corresponde al cuerpo humano, a la columna vertebral que es el soporte de la verticalidad, y que mantiene al hombre con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo, también para el mismo Jung, la verticalidad era considerada como una representación de la conciencia, porque daba altura y profundidad sobre la horizontal.

Así podríamos concluir que desde el punto de vista simbólico y psicológico, en esta visión que le fue dada a Jung en sus últimos días, se establecía la necesidad frente a una nueva época, de que el ser humano fuera capaz de realizar conscientemente, una unión y una conexión entre la dimensión superior, espiritual, masculina o consciente y la dimensión inferior, material, femenina e inconsciente.

Es conocido a lo largo de la historia, que los artistas y los genios captan los arquetipos que están constelizados en el inconsciente de su tiempo y son capaces de mostrarlos a través de sus creaciones. Por esto llamó mucho mi atención y consideré, que podía ser visto como un signo de esperanza para el futuro, cuando recientemente, se anuncio por los medios de comunicación, que el genio, de nuestro universal arquitecto Santiago Calatrava, se había inspirado en las columnas salomónicas de la Lonja de Valencia para construir en Chicago el emblemático edificio de “La Torre Espiral”, un edificio que con 610 m, pretende llegar a ser el más alto del Mundo.





Si retrocedemos la mirada a los comienzos de la Historia de la Humanidad, encontramos la mítica Torre de Babel, con la que se quería restablecer el eje primordial roto entre Dios y los hombres, y elevarse hasta la puerta del cielo, pero ese deseo de poder, y del orgullo humano, recibió entonces el castigo divino y los nacionalismos y su confusión de lenguas, destruyeron y dispersaron aquella sociedad.



Trascurridos ya tantos siglos, desde aquellos lejanos y oscuros orígenes y llegados a esta nueva era de Acuario, es como si ahora ya estuvieran la sociedad y la conciencia humana, más preparadas para iniciar el reto y la tarea, de empezar a realizar esta nueva unión, una unión entre los contrarios psique/materia, cuerpo/mente, consciente e inconsciente, pero para ello es necesario, como dijeron Jung y von Franz, incluir el principio del Eros y del amor que permite unir a los opuestos.

Aquí en Valencia tenemos desde la Edad Medía, un símbolo sin igual de unión de opuestos a través del Eros, como es el Santo Cáliz de nuestra Catedral, que reúne de manera sorprendente y excepcional, en un símbolo de totalidad, todos estos aspectos arquetípicos, a los que nos hemos estado refiriendo.





Esta pieza arqueológica esta formada por dos recipientes de ágata uno griego anterior al s.I y el otro hispano-musulmán del s.X, pues se encontró una inscripción en su base (“para la más radiante”), que fueron ensamblados por un orfebre mozárabe mediante una estructura de oro formada por unas asas con forma de corazón y un eje central con un nudo y que todo ello esta labrado con una inscripción en forma de lazo, y estos son conocidos símbolos del Eros cosmogónico que como sabemos es capaz de unir a los opuestos. En esta pieza simbólicamente, estaría uniendo el vaso superior abierto al espíritu del cielo, con el vaso inferior abierto al espíritu de la tierra.





Marie-Louise von Franz decía que las obras de la poesía popular entorno al mito del Santo Grial, anticipaban el problema religioso del hombre moderno, porque desde el punto de vista psicológico representaron la búsqueda de la esencia femenina integradora y curativa que estaba simbolizada por la sangre salvadora de Cristo.

Refiriéndose al simbolismo de esta pieza arqueológica del Santo Cáliz, Marie-Louise von Franz me dijo tres meses antes de su muerte en 1998, y tres años antes del tristemente famoso 11 de Septiembre, “...que la tarea del futuro sería sin duda la reconciliación del Cristianismo y el Islam, pero que esto nunca se podría llevar a cavo, solo mediante nuestra forma de pensar exclusivamente racional sino que habría que incluir el Eros...”, y pocos meses después se publicaría su último trabajo, en el que ella precisamente, había realizado un profundo comentario psicológico de un manuscrito árabe del s. X, (“Hall Ar-Rumuz” / “La Clarificación de los Enigmas”) donde se hablaba del espíritu del Eros en la alquimia Árabe, y que había sido escrito por un conocido místico y alquimista Hispano-Musulmán, Muhmmad Ibn Umail que también fue conocido como “Senior el Andalusí”.



Este arquetipo del Axis Mundi también fue captado por el genio de un psicólogo eminente, que durante muchos años estuvo viniendo a Valencia, y que se llamaba Antonio Blay, que desarrolló su propia visión de la psique y enseñaba lo que él llamaba la “Psicología de la Autorrealización”, que proponía que el ser humano debía esforzarse, por desarrollar una “Conciencia Axial” en la que se tendrían que integrar, el cuerpo, los sentimientos y los pensamientos en un todo abierto, a los planos superiores de la conciencia.

Después del celebre Mayo Francés del 68, del que ahora se acaban de cumplir 40 años, nació un movimiento sociocultural llamado Nuevo Humanismo que también ha captado este arquetipo del Axis Mundi constelizado en nuestro tiempo. Ellos en la actualidad para difundir su mensaje de humanizar la tierra, están creando por todos los continentes, unos parques en los que construyen una sala vacía que tiene una estructura de mándala, y que esta diseñada para que el ser humano individual se sitúe en su centro, y junto a la cual colocan un monolito de acero de gran altura, en forma de eje vertical.

Quiero citar para terminar, unas palabras de Albert Einstein que considero que son muy significativa en este contexto, pues él dijo en una ocasión que “... la fuerza liberada del átomo, había cambiado todo menos nuestra forma de pensar, y en consecuencia estamos frente a una catástrofe sin par. Por lo tanto, si la Humanidad quería sobrevivir, tenemos la necesidad de desarrollar un nuevo modo de pensar...”

En este sentido, tanto Marie-Louise von Franz como Jung, se mantuvieron en relación con su centro interior, y nos lo mostraron a través de su propia vida personal y de su obra, en la que incorporaron junto con todo el peso de los argumentos intelectuales, también el aspecto afectivo del sentimiento, esforzándose en la tarea de reconciliar a los opuestos, consciente - inconsciente, espíritu – materia, cuerpo – mente, y nos estimularon con su ejemplo y sus enseñanzas a que fuéramos capaces de desarrollar un pensar simbólico, un pensar femenino y con Eros y un pensar sicronistico, que nos permitieran reconocer la realidad objetiva de la psique, así como sus manifestaciones creativas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando lei este artículo me di cuenta de que la dificultad de ver lo ovio, y de que la mente humana esta sepultada en miles de capas de mentiras que ocultan la verdad sobre nuestra relación con lo divino, es por ello que los comentarios que pueda o me permita hacer sobre este articulo son una particula en la inmensidad del universo. Felicidades Rafael por compartirnos tu saber y tu sentir en esta linea de conoscimiento.

Rosa Maria Martínez Flores.

Anónimo dijo...

Es extraordinario que una inmensa personalidad como la de Jung esté ausente de nuestra "modernidad". Me hubiera gustado escucharle ante la inmensa crisis que vivimos, y el abatimiento de los arquetipos. Los vientos del profundo cambio le habrían hecho sostener su magnífica teoría delinconsciente colectivo, como una realidad manipulada y vigilada. Un gran blog. Gracias.